¿Hasta cuándo tenemos que tolerar sentirnos así?

El estrés en el trabajo es un fenómeno cada vez más extendido. Es un tema de conversación recurrente y solo una minoría de la población se asombraría al escuchar este concepto.

Sin embargo, recientemente, el Congreso de los Diputados ha aprobado incorporar el estrés y el acoso laboral en el listado de enfermedades profesionales del Sistema de la Seguridad Social.

El estrés es una respuesta de nuestro organismo que nos ayuda a superar algún obstáculo en el camino. Es realmente adaptativo, es decir, nos es útil porque nos ayuda a reaccionar ante las adversidades. Sin embargo, cuando el estrés es una constante en nuestra vida diaria, puede haber consecuencias negativas para nuestra salud y para otros ámbitos de nuestra vida (laboral, familiar, relacional…)

El estrés laboral, como ya se ha mencionado, es muy frecuente en la actualidad. Las personas que tienen estrés laboral presentan síntomas tanto a nivel emocional (irritabilidad, hiperactividad emocional, etc.) como síntomas físicos muy variados (dolores de espalda, problemas gastrointestinales, cefaleas, etc.). El estar continuamente sometido a presión y sentirse estresado tiene consecuencias tanto en nuestra vida personal como en la productividad y eficiencia en el trabajo. Por ello, sería muy recomendable que los equipos de trabajo tuvieran en cuenta el problema del estrés laboral.

Sin embargo, para la inmensa mayoría el estrés laboral se entiendo como algo inherente a la actividad laboral. Es absolutamente normal. Las consecuencias que nos genera en el ámbito laboral y de la salud son completamente olvidadas. Tendemos, así, a tolerar este malestar. Es más, si el estrés laboral ocasiona un malestar notable tendemos a atribuir este malestar a las características individuales de la persona en cuestión.

A pesar de que las variables relacionadas con el trabajo (organización y características del puesto) son importantes, sí es cierto que en estas circunstancias no todo está perdido, aunque tendemos a pensar que sí; Hay alternativas, tanto desde el punto de vista de las empresas como desde el punto de vista del individuo, que podemos probar para reducir nuestro nivel de estrés en el trabajo. A veces, son pequeños cambios como expresar este malestar en nuestro equipo de trabajo o gestionar de una manera más eficiente el tiempo, dar prioridad a tus tareas en la jornada laboral…

[María Ramos Agrela]

 

¡No lo toleres indefinidamente, dile sí al cambio!

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