Las personas somos seres sociales por naturaleza y necesitamos del otro, sin embargo, en muchas ocasiones estas mismas relaciones donde encontramos crecimiento, apoyo y acompañamiento pueden convertirse en una fuente de malestar si al vincularnos dejo mis propias necesidades, expectativas y deseos de lado. Para que esto último no ocurra es importante aprender a establecer limites en las relaciones.
¿Qué son los límites?
Hablar de límites es hablar de las barreras que cada uno de nosotros a nivel individual, pone en sus relaciones interpersonales .
A través de ellos traslado al otro que cosas son las que acepto y las que no, cuales son mis necesidades, así como aquello que me gusta o por el contrario lo que no.
Al igual que el cambio en la vida es una constante , también lo son nuestros deseos y necesidades y por ende los limites. Estos van cambiando.
Se puede hablar de tres tipos de límites :
Porosos : Son límites débiles, permeables, que no se trasladan de manera clara y por tanto, sobre los que no acabas asumiendo un control real. Te llevan a la sensación de que el resto “ los rompe y pasan por encima” y te conduce a dar demasiado, ser incapaz de decir no, a buscar complacer a todo el mundo y a ser más vulnerable a la manipulación emocional.
Rígidos : al contrario de los límites porosos, los límites rígidos son impermeables, inflexibles y la persona los traslada como su fuesen normas inquebrantables. Te llevan a no compartir, a construir barreras emocionales y la desvinculación con el otro.
Saludables: Son límites flexibles que se ajustan a las necesidades de la persona y circunstancias del momento. Protegen a la persona y me conducen a un crecimiento y desarrollo.
¿Por qué son importantes ?
Establecer unos límites saludables nos lleva a sentirnos seguros, tranquilos y respetados. Nos ayuda a fortalecer nuestra identidad personal porque atendemos a nuestra necesidades y deseos que son respetados y escuchados, al mismo tiempo que construimos relaciones basadas en el respeto mutuo.
Los límites son un indicativo de cómo permites que la gente esté ahí para ti y cómo estás tú ahí para ellos.
Se trata de decir no a algo para decir sí a tu propia salud emocional, física y mental.
Señales de que necesitas poner límites
- Huyes de situaciones y rechazas las interacciones con personas que crees que te van a demandar algo.
- Te incomoda mucho tener que rechazar peticiones, te hace sentir egoísta y “mala persona”
- Evitas delegar tareas.
- A menudo te sientes agotado y con la sensación de no tener tiempo para ti mismo.
- Sientes resentimiento hacia la gente que te pide ayuda.
- Tienes pensamientos de que la gente se aprovecha de ti.
- Sueles tener la sensación de que ayudas y ofreces más de lo que recibes.
- Cuando algo te hace sentir mal, el lugar de trasladárselo al otro prefieres no hablarlo .
- Tiendes a invalidar o a minimizar como te hace sentir una situación o el comportamiento del otro.
- A menudo dices o piensas frases como “bueno, da igual “ “no importa” , “no pasa nada»
Claves para poder establecerlos
Aprender a establecer limites saludables puede llegar a ser complicado si nunca antes lo has hecho y convertirse en un gran desafío. Entrenar poco a poco esta capacidad comenzando por contextos donde nos sintamos más seguros nos ayudará más adelante a poderlo generalizar al resto de áreas de mi vida.
Los límites informan lo que una persona va a tolerar y lo que no, junto con las consecuencias que ocurrirán si la otra persona no respeta el límite. Para que sea efectivo ese límite, la consecuencia del mismo tiene que venir de ti.
En esta misma línea es clave entender la importancia de mantenernos firmes frente a ese límite que ponemos y ser congruentes con el mensaje que le traslado al otro y al acción que llevo a cabo.
Cuando establezco límites tengo que ser consecuente y asumir la responsabilidad que conlleva ponerlos. A la hora de comunicarlos es fundamental hacerlo desde la asertividad, defendiendo y teniendo en cuenta mis derechos y necesidades pero también los de la persona que tengo enfrente y expresándolos desde el respeto.
Cómo van a responder los demás frente a los límites que pongo es algo que genera mucho miedo e inseguridad a la hora de llevarlo a la práctica. Muchas personas no querrán respetar estos limites y la relación podría verse afectada siendo válido en este caso desvincularme y alejarme de ellos. Cuando esto pase recuerda : Poner límites es priorizar tu bienestar, es una forma de cuidarte y un acto de respeto propio que te abre la puerta hacia unas relaciones saludables.
