Somos distintos; diferentes reacciones ante una situción traumática
El Trastorno de Estrés Postraumático puede aparecer cuando una persona se ha visto expuesta a la muerte, a una lesión grave o violencia sexual, de manera directa o indirecta.
El Trastorno de Estrés Postraumático es un cuadro clínico que se caracteriza por la presencia de síntomas como intrusión de imágenes y pensamientos del suceso, evitación física y cognitiva, alteración en el pensamiento y estado de ánimo, respuestas exageradas de alerta y reactividad y, en algunos casos, síntomas disociativos. Este cuadro clínico aparece en un porcentaje elevado de personas que han pasado por delitos violentos. Sin embargo, no todas las personas que han pasado por un suceso traumático experimentan estos síntomas clínicos y no toda la población con estos síntomas presenta la misma gravedad.
Somos seres únicos y, consecuentemente, distintos, por lo que no vivimos las cosas de la misma manera. Muchos son los factores que pueden influir en nuestra forma de afrontar una situación traumática y, consecuentemente, en el nivel de daño psicológico que nos ocasione; Se mencionan a continuación algunas variables que pueden influir:
- La intensidad del suceso y la manera en que lo percibimos: es importante tener en cuenta el significado que se le da al hecho concreto. De la misma manera, el considerar que ha sido un suceso intencionado o no es también relevante. En este sentido, si el suceso es provocado por una persona, la reacción puede ser más negativa.
- El peligro real sufrido y que haya sido algo inesperado.
- La vulnerabilidad psicológica y biológica de la víctima: cuanto más vulnerable sea la víctima, más impacto emocional se producirá tras sufrir un delito violento.
- Apoyo social e institucional existente.
- Los recursos psicológicos de afrontamiento: como estrategias positivas de afrontamiento tenemos la aceptación del hecho, el compartir la experiencia, búsqueda de apoyo social y reorganización de la vida familiar y de la vida cotidiana, entre otros.
En conclusión, el haber estado expuesto a delitos violentos (sucesos traumáticos) suele generar una huella psicológica en las víctimas. Ante situaciones traumáticas similares, algunas personas experimentan un impacto emocional intenso que interfiere en su vida diaria y otras personas pueden presentar estrategias de afrontamiento adaptativas y no desarrollar síntomas clínicos graves. Este sería el mejor escenario para las personas que han pasado por situaciones traumáticas. Aun cuando las personas no presentan el cuadro clínico, pueden aparecer malestar significativo y recuerdos de la situación.
Asimismo, es importante tener en cuenta que el daño psicológico suele presentar fases; La primera de ellas es el estado de shock, en la que puede aparecer confusión, disminución de las reacciones conductuales, incredulidad, etc. En la segunda fase, se va tomando más conciencia de lo que ha ocurrido y empiezan a aparecer otras reacciones emocionales más intensas como rabia, vergüenza, dolor, etc. En la tercera fase, se pueden revivir los recuerdos que se tienen del suceso.
Teniendo mínimamente en cuenta estos datos, ¿se podrían hacer comparaciones o apreciaciones personales entre diferentes reacciones?
[María Ramos Agrela]
¿Qué hacemos cuando se presenta un trauma?