En el entramado de las relaciones humanas, la influencia de las experiencias emocionales de la infancia son un componente fundamental que nos moldea en nuestras dinámicas y conexiones adultas. En particular, las parejas que han experimentado heridas emocionales durante su desarrollo pueden enfrentar desafíos emocionales significativos en la construcción y mantenimiento de la relación de una manera saludable. En este artículo exploraremos la importancia de dar un espacio en terapia a estas experiencias emocionales dolorosas de la infancia con el objetivo de que las partes también puedan comprender y empatizar con la otra persona desde el cuidado del vínculo y en qué casos también es importante tener en cuenta la propia responsabilidad en la gestión de nuestras emociones.

La mayoría de las heridas emocionales, pueden derivar de situaciones traumáticas, negligencias o patrones disfuncionales en el entorno familiar y/o social en nuestra infancia, a menudo esto se manifiesta en patrones de comportamiento que pueden persistir en la vida adulta. Estas heridas, si no se abordan adecuadamente, pueden convertirse en obstáculos que afectan en la calidad de las relaciones afectivas en general, y en particular con la pareja. Por ejemplo, alguien que experimentó abandono en la infancia puede desarrollar patrones de evitación o miedo al compromiso. Estos patrones se reflejan en la forma en que se relacionan con sus parejas, creando dinámicas repetitivas que requieren atención y comprensión.

A continuación, se explicarán algunos de los síntomas que pueden aparecer y manifestarse en pareja y que nos pueden alertar de la existencia de heridas emocionales, y la importancia de abordarlas desde una comunicación abierta en un ambiente de tranquilidad y seguridad como puede ser la terapia.

Algunos de los síntomas y patrones disfuncionales más comunes que pueden aparecer en las parejas:

Los conflictos recurrentes: las heridas emocionales pueden ser las detonantes de conflictos recurrentes en las relaciones de pareja. Las inseguridades, miedos y ansiedades derivados de experiencias pasadas pueden manifestarse en desafíos como celos, falta de confianza o dificultades para expresar las necesidades emocionales. Estos conflictos a menudo actúan como señales de advertencia de heridas emocionales no resueltas que requieren atención.

El impacto en la comunicación: las heridas emocionales pueden obstaculizar esta comunicación produciéndose dificultades para expresar emociones, mientras que en otros casos, pueden aparecer reacciones de manera exagerada ante situaciones que desencadenen recuerdos dolorosos. La terapia puede desempeñar un papel fundamental al proporcionar herramientas para mejorar la comunicación y superar dificultades en la comprensión de estas situaciones. La comunicación abierta y efectiva es esencial para cualquier relación exitosa.

 

La falta de intimidad emocional: Las experiencias pasadas de trauma o abandono pueden ocasionar que podamos desarrollar dificultades para abrirnos emocionalmente, lo que afecta en la intimidad emocional, a la conexión y a la comprensión mutua en la relación de pareja. La terapia puede ayudar a construir desde una comunicación honesta una mejor conexión emocional al abordar estas defensas.

La repetición de modelos parentales: Las parejas pueden encontrarse repitiendo patrones que observaron en sus propios padres, incluso si esos modelos eran perjudiciales. La terapia puede ofrecer una perspectiva más objetiva, y con herramientas terapéuticas para romper con estos patrones y construir una relación más saludable.

En los casos en que como pareja, estéis pasando por un momento de crisis, es positivo poder buscar un espacio de cuidado y seguridad emocional para trabajar todas aquellas dificultades que la no se han podido resolver por no disponer de las herramientas para conseguir cambiar todos estos patrones disfuncionales. A continuación, se señalan algunos de los beneficios de acudir a terapia:

Comprender y abordar las heridas del pasado: La terapia proporciona un espacio de seguridad para explorar, comprender las heridas emocionales de la infancia e identificar aquellos patrones de comportamiento que no son funcionales, así como aquellas reacciones emocionales que podrían estar relacionados con experiencias pasadas.

• Mejorar la comunicación: la terapia facilita la mejora de la comunicación entre los miembros de la pareja generando una mayor apertura al diálogo y ayudando a: expresar necesidades, sentimientos y preocupaciones de manera efectiva, evitando que aparezcan conflictos innecesarios.

Romper patrones negativos disfuncionales: la terapia puede ayudar a identificar y romper estos patrones negativos que tienen que ver con experiencias de la infancia, ya que son muy destructivos y de esta forma proporcionar estrategias para reemplazar estos comportamientos negativos con reacciones y respuestas más saludables para la pareja.

Fomentar la empatía: en la terapia se fomenta la comprensión y la empatía con el otro, lo que facilita que la pareja conozca mejor las experiencias y las necesidades emocionales de la otra persona, fortaleciendo así la conexión emocional entre ambos.

Construir una base sólida: al abordar en terapia los problemas subyacentes de la pareja, esto permite que puedan generar una construcción de la relación con un conocimiento más profundo y sólido. La terapia de pareja, tiene por tanto, la finalidad de proporcionar herramientas a la pareja para fortalecer la relación y forjar una conexión e intimidad emocional más fuertes.

Promover el crecimiento individual y el de la pareja: La terapia no solo se centra en la relación en sí, sino también en el crecimiento individual de cada miembro de la pareja.

Manejar el estrés y la ansiedad: la terapia ofrece estrategias para manejar la ansiedad y el estrés derivado de conflictos no resueltos tanto individuales como en la pareja; facilitando así la adopción de enfoques más saludables para afrontar el estrés y las dificultades que puedan ir apareciendo.

Por ello, si estáis pasando una situación similar, la terapia puede serviros de apoyo en estos momentos para fomentar un mayor desarrollo personal y de la pareja gracias a la construcción de un espacio que invita a la autorreflexión, contribuyendo así al fortalecimiento de la relación. La comunicación abierta y la comprensión mutua se convertirán en pilares fundamentales para superar estos desafíos, permitiendo que podáis trascender las limitaciones del pasado y que estas se conviertan en el puente hacia la construcción de una relación más sólida y satisfactoria, permitiéndoos avanzar hacia un futuro emocionalmente saludable y pleno.

¿Hablamos?

 

[Cristina Rodríguez Pérez]

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