Las redes sociales se han convertido en un espacio en el que formamos y construimos relaciones, configuramos nuestra propia identidad, nos expresamos y conocemos el mundo que nos rodea. Pero, ¿estamos valorando suficientemente los riesgos que implican?

Según las últimas estadísticas, la mayor incidencia del uso de las redes sociales se da entre los jóvenes de 16 a 24 años, siendo una etapa crucial para el desarrollo emocional y psicosocial. Precisamente por ello, es necesario conocer el impacto de las redes sociales en los jóvenes, para comprender cómo éstas pueden estar afectando a su salud mental.

Las redes sociales han cambiado la forma en que los jóvenes se comunican y cómo se relacionan. Siguiendo las estadísticas, las más empleadas en España durante el 2021 son: Facebook, WhatsApp, Instagram, Youtube, Twitter, Tik Tok, entre otras.

¿Y este cambio ha sido beneficioso o perjudicial?

El índice de depresión y de ansiedad ha aumentado entre los adolescentes en los últimos años, y las tasas de suicidio se han incrementado entre los jóvenes de 10 a 24 años. Esto coincide con la adopción de hábitos de abuso de las redes sociales, lo que podría estar vinculado.

Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida, pero dependiendo de cómo las manejemos serán un beneficio o un problema.

 

Consecuencias negativas del uso o abuso de las redes sociales

Muchos jóvenes no han conocido un mundo sin acceso a Internet y redes sociales. El uso diario ha aumentado rápidamente en la última década y estas son algunas de los perjuicios que observamos los profesionales sanitarios:

  • Aumento de la ansiedad y síndrome de abstinencia: con la necesidad de permanecer conectados constantemente y con el consiguiente sentimiento de frustración y comparación con otras cuentas, estilos de vida, ocasionando una afectación en el estado de ánimo y el bienestar psicológico.
  • Baja autoestima: las imágenes poco realistas y distorsionadas de las redes sociales han incrementado la búsqueda constante de perfección, incentivando una baja autoestima y una pobre autoimagen.
  • Trastornos del sueño: el uso creciente de las redes sociales tiene una asociación significativa con la mala calidad del sueño.
  • Miedo a estar desconectado o ser ignorado: lo que a desembocado en una necesidad compulsiva de permanecer conectado con las actividades propias y de las otras personas. También es conocido como FOMO (“fear of missing out”) se trata de una nueva ansiedad producida por miedo a perderse algo.
  • Acoso cibernético o cyberbullying: consiste en el uso intencionado de las tecnologías con el fin de intimidar, molestar, vejar o amenazar a otra persona, causando problemas en la salud mental de la víctima, tales como depresión y ansiedad. A veces, también se hace uso de material colgado de carácter personal para herir o humillar.
  • Repercuten en la salud física, psicológica y en los vínculos con otras personas.

Consecuencias positivas del uso de las redes sociales

  • Facilitan la auto expresión e identidad propia
  • Permiten crear mantener y desarrollar relaciones interpersonales a nivel mundial.
  • Generan grupos de pertenencia al unirse a “grupos” o a “páginas”. Los jóvenes pueden rodearse de personas con gustos similares y compartir pensamientos e inquietudes.
  • Aumento del apoyo emocional, a través de interacciones en el medio digital.

 

¿Cómo manejar y ser consciente de la repercusión que tienen en nosotros las redes sociales?

Es importante que reflexionemos sobre el tipo de uso que se le da a las redes sociales, qué tipo de contenido consumimos, cuánto tiempo invertimos y ¿Cómo nos hacen sentir? ¿Contribuyen a aumentar o disminuir la ansiedad?

Responder a estas preguntas hace que podamos valorar y conocer el impacto que están teniendo las redes sociales en nuestra salud mental para tener un mayor control y consciencia del uso que les damos.

A través de la Terapia psicológica podemos promover un uso adecuado y responsable de las TIC (redes sociales e internet). Para ello, el conocimiento sobre el impacto tanto positivo como negativo es importante. La adicción a las nuevas tecnologías puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, pero es más frecuente en la adolescencia y adultos jóvenes.

Es de vital importancia que se lleve a cabo una acción educativa en los centros escolares y conocer cómo influyen las nuevas tecnologías en la sociabilización de los jóvenes, de manera que se pueda  formar y sensibilizar a profesores y familias sobre cómo educar en el buen uso de las tecnologías.

 

Algunas de las recomendaciones para apoyar a las familias en una buena educación digital

  • Acompañar y compartir momentos delante de la pantalla en familia: para estar presente, enseñar a utilizar adecuadamente las redes y fomentar el aprender y generar vínculos.
  • Dar ejemplo con buen uso y buenas conductas.
  • Escuchar e interesarse, en vez de juzgar o castigar, es necesario comprender y sentirnos comprendidos para que se fomenten vínculos sanos y de confianza.
  • Empatizar, tener pensamiento crítico sobre el uso de las tecnologías y  gestión de las emociones e impulsos.
  • Inculcar la consciencia en la utilización de las tecnologías para que el uso se haga desde la moderación y no desde un uso abusivo.
  • Desarrollar nuevos usos alternativos y  aprendizajes en las redes sociales.
  • Es importante establecer límites claros para poder hacer otras actividades y marcar prioridades.

Tras haber leído el artículo, y si crees que tú o alguien de tu entorno necesita apoyo en el manejo de las nuevas tecnologías (adicción al móvil, Internet, videojuegos, redes sociales…), no dudes en contactarnos. Desde la Terapia Psicológica te ayudamos a través de un Tratamiento sistémico personalizado a realizar un buen uso de ellas.

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[Cristina Rodríguez Pérez]

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