Ante la situación actual de presión mediática con la aparición del Coronavirus o COVID-19, se ha generado una alarma social que afecta a todas las personas. La finalidad de este artículo es reflexionar sobre la dimensión real que tiene esta situación, y ofrecer una serie de consejos para un adecuado afrontamiento de la misma.

La ansiedad tiene una función adaptativa para la supervivencia. El miedo es la respuesta emocional básica, automática y habitual ante una situación que es interpretada como un peligro real o potencial. Cuando aparece, la ansiedad se entiende como un estado emocional más prolongado y complejo. Tanto la incertidumbre como el miedo que se ha generado en la población en general, y concretamente en la de riesgo, hace que se incentive esta rueda y que, por consiguiente, exista un descontrol emocional debido a un desajuste en los pensamientos. Es por ello, por lo que una de las recomendaciones más básicas es la de tomar conciencia de éstos pensamientos para poder cuestionarlos y darles mayor adecuación y objetividad.

 

¿Qué puede estar ocurriendo?

  • Sensación de peligro inminente y/o pánico.
  • Pensamientos reiterativos sobre la situación y creencia autoinfundada de que se padece alguna enfermedad; neurosis hipocondríaca.
  • Búsqueda de información de muchas fuentes para disminuir el nerviosismo y tensión a corto plazo, lo que provoca que se acreciente aún más, a largo plazo.
  • Hipervigilancia y análisis de las sensaciones físicas de forma constante aportándoles una interpretación errónea de la naturaleza de la enfermedad. En la mayoría de los casos se trata de síntomas propios de procesos comunes de cada estación del año.
  • Pérdida de la atención en otros asuntos importantes por bloqueo emocional y exceso de atención en el foco de “peligro”.
  • Percepción de alto riesgo de sus propios síntomas, además de extenderlo a familiares, compañeros y amigos.
  • Problemas de conciliación del sueño por exceso de preocupación.

 

¿Qué medidas podemos tomar que estén a nuestro alcance?

  • Seguir las pautas que recomienda sanidad y otras instituciones: buena higiene y hábitos adecuados como medidas preventivas, reducir los contactos sociales, etc.
  • Obtener información en organismos oficiales, y asegurarnos de que esta información sea contrastada. Además de informar a otras personas de manera responsable.
  • Cuidados que tienen que ver con la salud mental y emocional. Adecuación de los pensamientos y emociones que se están viviendo con elevada intensidad de forma persistente.
  • Mantener objetividad y realismo para alcanzar una actitud más positiva. Búsqueda de otras explicaciones posibles que pudieran explicar el porqué de esos síntomas y análisis de evidencias.
  • Normalización de los síntomas físicos y sensaciones corporales que muchas veces tienen que ver con respuestas emocionales, como la ansiedad: estreñimiento, diarrea, náuseas, dolores estomacales, aumento de la frecuencia cardíaca, presión en el pecho, dolores de cabeza, mareos y sensación de desmayo y fatiga, entre otros.
  • No minimizar ni magnificar el riesgo, tomar una actitud responsable y controlada.

 

¿Cómo sobrellevar la situación de aislamiento derivada de la cuarentena?

  • Este escenario puede llevar a sufrir estrés, preocupación constante, ansiedad, soledad, frustración, rabia y/o enfado, junto con emociones de miedo y desesperanza que pueden instaurarse durante periodos de larga duración.
  • Trata de tener la mente distraída, manteniendo contacto con la familia y los amigos a través de vídeo llamadas telefónicas, redes sociales y otros medios para comunicarnos.
  • Intenta hacer vida normal, dentro de lo posible. Aprovecha el tiempo libre para realizar actividades placenteras y de relajación. Puede ser un buen momento para dedicar tiempo a aquellos asuntos pendientes en casa que nunca podemos atender debido a nuestras rutinas.
  • Dedícate tiempo a ti mismo/a. Trata de conectar con tu estado interno, poner el foco en cómo nos sentimos, hacer balance de los aspectos que nos gustaría mejorar, y tomar conciencia de aquellos cambios vitales que me gustaría llevar a cabo una vez pase todo este período de crisis.

 

Es recomendable que para las personas que están experimentando una ansiedad elevada, nerviosismo, preocupación o tristeza persistente puedan iniciar terapia psicológica con el fin de paliar los posibles problemas que se estén generando. Desde Alpsyquie Psicología, os ofrecemos iniciar el proceso terapéutico vía online hasta que la situación se normalice, y estaremos encantadas de poder acompañaros en este período para lograr contrarrestar el gran impacto psicológico generado para la población, a través de métodos constructivos de afrontamiento.

 

[Cristina Rodríguez Pérez]

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